Al regreso de su minigira por Estados Unidos el presidente electo Javier Milei hizo declaraciones antes de tocar suelo argentino. Desde el avión marcó el inicio de una serie de entrevistas y anuncios sobre lo que será la próxima gestión. La primera fue la confirmación de Luis Caputo como el futuro ministro de Economía.
En tierra firme, el futuro presidente expuso las primeras definiciones claras de su política económica. Arrancó diciendo en las radios porteñas que su equipo económico está analizando medidas para detener la emisión de dinero y anticipó que esperan poner fin a la inflación “en un lapso de entre 18 a 24 meses”.
Al respecto, Milei aseguró que la primera parte de su gestión va a estar signada por una caída en la actividad económica y altos niveles de inflación que ya fue producida por las políticas llevadas adelante en los últimos meses y que actúan sobre el nivel general de precios con hasta dos años de rezago.
“Va a haber una estanflación”, aseguró el mandatario entrante al ser consultado sobre cómo seguirán los precios en los próximos meses. “Habrá una estanflación porque cuando hagas el reordenamiento fiscal eso va a impactar negativamente en la actividad económica”, afirmó. Y remarcó: “por eso digo que la única billetera que va a estar abierta es la de Capital Humano para dar contención a los caídos. La inflación tiene que ver con lo que vos hiciste en política monetaria hace 24 meses y eso ya fue decidido, ya fue hecho. La política monetaria actúa con rezagos”.
El antecedente
“Estamos creando todos los mecanismos para detener la emisión de dinero para que en un lapso de entre 18 a 24 meses poder terminar con la inflación. Esa es la evidencia empírica del caso argentino. La convertibilidad, que funcionaba bajo esa misma regla, tardó 20 meses”, agregó.
El enfoque primordial de Milei giró en torno a la problemática de los precios que inquietan a los economistas, quienes vaticinan un diciembre con una inflación superior al 20%.
Según explicó Milei, la represión de precios de este Gobierno como medida no resultó eficaz, contribuyendo más a la escasez. “Esta inflación reprimida genera un exceso de liquidez en el mercado que supera incluso la situación previa al Rodrigazo, multiplicando la tasa de inflación por seis”. Resaltó que tratar de arreglar esta situación sin corregir los precios solo agravaría la hiperinflación, desencadenando escasez y problemas más serios.
En cuanto a la estrategia propuesta, se busca desmontar el problema de las Leliq y Pases, centrándose en resolver los pasivos remunerados del Banco Central, los cuales alimentan la inflación de manera acelerada. Milei plantea un enfoque fiscal que apunte a un resultado financiero neutro, evitando la acumulación de más deuda pública.
El presidente electo enfocó como tema principal y “hasta vital” para iniciar su gestión, “desmontar las Leliq” como una medida clave para abrir el cepo y evitar una hiperinflación descontrolada. La búsqueda de apoyo para la continuidad del programa con el Fondo, posibles líneas de financiamiento para “desarmar la bomba de las Leliq” y otras gestiones fueron el eje del viaje de Milei y sus futuros funcionarios a Estados Unidos.
“Tengo la devolución de lo que fue la reunión con el Tesoro; fue con excelentes resultados. El ministro de Economía, Luis Caputo, pudo discutir esos temas. Hubo una excelente recepción y entienden el desafío que enfrentamos”. Como corolario de sus declaraciones, Milei se refirió a la necesidad de hacer un ajuste de las cuentas públicas y al aval político que -sostiene- le dieron las urnas para llevarlo a cabo. “El mandato ha sido claro, no existe registro histórico en la historia de la humanidad de que haya ganado un candidato que en su programa diga que va a ajustar. A todos sorprende el haber dicho la verdad de manera brutal, cruda”, indicó.
El aguinaldo
“Qué culpa tengo yo del desmadre de la administración anterior. Que corten gastos y paguen”. Este fue el mensaje de Milei a los gobernadores que advirtieron que no tienen recursos para el pago del medio aguinaldo y las deudas de sus distritos. Los que encendieron las alarmas son tanto oficialistas como opositores, quienes presionan en tándem para que la gestión de Alberto Fernández compense los fondos que no se repartieron tras las medidas electoralistas.
El acuerdo se delineó en la reunión entre gobernadores peronistas, el ministro del Interior y el secretario de Hacienda. Se terminaría de cerrar hoy con otro encuentro en el que participarían mandatarios de diferentes fuerzas, en funciones y electos. No se trata de una “solución” permanente; es solo un parche para descomprimir, según algunos gobernadores participantes.